Miles de seguidores del fútbol ya habían condenado a la tecnología unas horas antes cuando sucedía lo mismo entre Portugal y México y un gol luso anulado. Sin embargo, no existen antecedentes de una mala decisión al instante de apoyarse en esta rama de la ciencia. ¿Qué lo hace tan odioso para unos y amado por otros?
Justicia. Espectáculo. Esas son las dos palabras en la balanza.
Jesús Arias relataba para un canal nacional el mencionado encuentro. Luego del desconcierto chileno, el locutor atinó a decir que "cuando tengo que esperar un minuto para saber si cantar el gol o no, esto ya no es fútbol". Y es que en un solo minuto que duró la invalidación del tanto sureño, la noticia recorrió todo el planeta y sacudió nuevamente la opinión.
Sin embargo, cabe resaltar que ninguno de los goles invalidados desde que se utiliza el famoso VAR ha sido invalidado incorrectamente. Entonces, ¿qué es más importante en este deporte? ¿El juego limpio y transparente o la emoción?
La historia del fútbol no solo está repleta de páginas color dorado. Las hojas manchadas de tinta corrida y lágrimas también se han hecho presente a través de los años en los que corre la pelota. Por ejemplo, una semifinal en 2009 entre londinenses y catalanes, un gol inglés en arco alemán que fue y que nunca fue a la vez en 2010, una mano que hoy se conoce como la de 'D10S' (y no conozco un solo dios que utilice la trampa), otra mano con la que todo el Perú lloró de alegría pero con la que todo Brasil lloró de amargura en 2016...y podríamos enumerar muchos otros más. En la época en lo que lo tecnológico avanza y no deja de avanzar, uno se pregunta cómo hubiese cambiado aquella historia gris del fútbol para algunos, y colorida de recuerdos felices para otros.
Probablemente, lo más sensato sería pensar que la impartición de la justicia en este deporte debería generarse en un marco de igualdad de condiciones externas para ambos equipos, es decir: decisiones arbitrales de carácter equitativo en todo momento, pues para lo que muchos es sinónimo de "robo de emoción", para otros podría ser "robo de puntos" ¿Qué perjudica más?
Ante esto, diversos especialistas también se pronunciaron. Quizás, esa generación cansada de tantos errores arbitrales, encuentra en el videoarbitraje esa solución definitiva a un problema tan recurrente como el mencionado:
"Los mismos que están hartos de los errores arbitrales se oponen al uso de tecnología. Falta afinar procedimiento, pero de acuerdo con VAR." Daniel Peredo, periodista.
"Nos acostumbraremos, aunque hay que perfeccionar su uso. Prefiero cambiar la manera de relatar o comentar si se va a lograr más justicia." Eddie Fleischman, periodista.
"Yo sí apoyo el asistente de video. También apoyo los vestuarios con duchas decentes y sin asientos de plástico." Juan Carlos Ortecho, periodista y Gerente de Comunicaciones de Universitario de Deportes.
Por su parte, el mandamás del ente que regula el fútbol, Gianni Infantino, opinó: “Estoy muy contento con el VAR. Hemos visto cómo el respaldo del video ha ayudado a los árbitros a tomar las decisiones correctas. En eso consiste precisamente el VAR. Las pruebas con el VAR durante esta Copa Confederaciones nos están ayudando a mejorar los procesos y a afinar la comunicación. Lo que los hinchas llevan tantos años esperando por fin está sucediendo. Este es un torneo histórico. El arbitraje asistido por video es el futuro del fútbol moderno”.
El primer antecedente que se conoce del VAR no es muy antiguo. Era diciembre del 2016, y en pleno Mundial de Clubes, el árbitro Viktor Kassai detenía el juego entre Nacional y el campeón japonés Kashima Antlers. El juez húngaro recibió la alerta desde una central de videos instalada a manera de prueba para ese torneo. Una cámara detectó una falta del colombiano Orlando Berríos sobre el japonés Daigo Nishi dentro del área y Kassai fue avisado casi dos minutos después de la jugada. Finalmente, el colegiado aplicó la pena máxima abriendo así una época y una brecha abismal entre los amantes de lo moderno y los protectores de la "esencia".
Entonces, esto nos lleva a una nueva interrogante, ¿cuál es la esencia del fútbol?
La respuesta se encuentra en esta misma Copa Confederaciones. Once jugadores, más cuerpo técnico y suplentes, venidos de diferentes partes del planeta a disputar un certamen que esperan competir en igualdad de condiciones externas y justas. Porque talvez, si el fútbol fuese del espectáculo, sólo sería de los grandes. Pero también es el deporte de las oportunidades, de los resultados injustos sí, pero no del desarrollo injusto y parcial. Es el deporte que alguna vez permitió una mano que valió un Mundial, una irritación generalizada a todo Londres en 2009, a todo Inglaterra en 2010, y a todo Brasil en 2016. El que le concedió a los aficionados tantas alegrías como insatisfacciones, y aunquee todo ello se deba dar siempre de manera natural, el fútbol es también el deporte que no lo vuelva a permitir más. Quizás por un torneo más justo. Quizás por los sueños que se puedan acabar tras un off-side no cobrado. Quizás por aquellos 'goles fantasma' que convierten muchas esperanzas en espectros que se desvanecen.
Tal vez el fútbol quiera apelar a la emoción, pero no solo del favorecido, sino también del perjudicado, porque es igual de apasionante saber que te quedan vidas en un encuentro si el rival marcó en posición ilícita, que celebrar una pelota que cruzó en la línea y que te permite avanzar, incluso, hasta las semifinales de un Mundial.








