jueves, 28 de mayo de 2015

Varsovia, la capital de los sueños

La noche del 27 de marzo del 2015, la final de la Europa League será recordada como la noche en la que Varsovia fue testigo del encuentro entre dos realidades distintas, dos historias dignas de recordar, dos relatos paralelos y reales que con el paso del tiempo producirán lágrimas en el rostro de sus protagonistas. Y no me refiero precisamente al enfrentamiento entre el Sevilla y el Dnipro, que acabó con la victoria de 3-2 para los españoles, sino de las dos historias de las cuales el mundo habla hoy, y que seguramente traspasará generaciones: la hazaña que pudo ser y no fue de un grupo de guerreros ucranianos, y de un pescador colombiano que hoy utiliza las redes no para alimentar a su familia, sino para hacer delirar a todo sevillano hincha del equipo andaluz.

Y es que el hueso duro de roer, el Dnipro, nunca fue presa fácil para ningún equipo de la competición. Sino pregúntenselo al Nápoli, al Brujas de Bélgica y hasta al propio conjunto español, que vivió en carne propia lo complicado que era derrotar a los de Ucrania, que saltaron al gramado del estadio de la capital polaca mentalizados en que sería quizás la única (¿y última?) vez que pudieran escribir sus nombres en la historia del fútbol de Europa. El argumento de "la experiencia en finales" no resultaba tan válido cuando en el cierre de la primera mitad, un tiro libre magistral de Rotan marcaba el empate momentáneo que volvía a insertarlos en la conquista de ese sueño, pero...

Quizás alguna vez viste en el canal de animales a aquel pez que atraía a otros con una pequeña luz, y que una presa ingenua seguía hasta verse dentro de las mandíbulas de un animal que resultaba monstruoso. Pues, ese era el reflejo de lo que había sido el Dnipro en todo este camino; sin embargo, ningún pez es lo suficientemente terrible para alguien que vivió gran parte de su vida pescando en las riberas de su pueblo, y que luego se convirtió en pescador de sueños: Carlos Bacca es el nombre de aquel niño de la comunidad Norte 2 en Colombia, en donde todo aquel que aspira a nadar en el océano de este mundo, primero debe mojarse los tobillos en la orilla, y lanzar una red para así sostener a los suyos con 'el pescado de cada día'. Ayer, 'Carlitos' lanzó la red y consiguió el cuarto título para el Sevilla en este torneo.

Dos países se pusieron de pie por un momento para aplaudir a los guerreros y al pescador. Quizás no vuelva a ocurrir algo similar, pero estoy seguro que las mismas lágrimas soltadas por ambas partes en Varsovia, serán las mismas que se derramen cuando los hijos y nietos de aquellos hombres les pregunten por lo sucedido aquel 27 de marzo, y entonces, la historia comenzará de nuevo, con la misma emoción de la primera vez.


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