lunes, 27 de junio de 2016

Arrivederci Memoria

Italia no vive de recuerdos; a España la falló la memoria. Atrás quedó el cartel de “animador” que los ‘azurris’ venían arrastrando desde hace menos de una década, precisamente desde la eliminación prematura de Sudáfrica 2010, así como quedaron enterradas en la hemeroteca los videos de un ‘Catenaccio’ que, por el bien del espectáculo (no del fútbol), Antonio Conte no quiere resurgir. Por el otro lado, a los ibéricos el juego de memoria ya no resulta. Brasil le puso fecha de vencimiento desde la Confederaciones 2013 y que hoy se ha consumado en Francia algo lo que los españoles llaman “el fin de un Ciclo de Oro”, ornamentando la derrota a manos de una Italia con sabor a 2006. Por los octavos de final de la Eurocopa, los ‘tanos’ derrotaron a los bicampeones con un 2-0 que echa a un lado el saldo negativo de los últimos diez años para la ‘Nazionale’.
El encuentro arrancaba con la premonición climática de los ánimos españoles. La lluvia asomaba como el escenario idóneo para concluir los años maravillosos de una ‘Roja’ ensimismada desde el silbatazo inicial. Grazziano Pellé y Giacherini fueron el dolor de cabeza de una España sin aspirina, siempre desdibujada en defensa tras cada ataque italiano y con advertencias claras de derrumbe.
El deslizamiento llegó a los 32’. Chiellini, el más seguro y el que más aporte de experiencia transmitió a la zaga, culminó una carambola en el área tras un disparo libre de un Éder sin la clase de Pirlo, pero con la potencia de querer ser parte del nuevo rostro de esta Italia. La lluvia ya se había ido y el sol despejaba las dudas sobre quién era el dominador, descubría aún más las falencias defensivas hispanas y terminaba de secar al conjunto de Del Bosque.
Hay que ser sabios para ser tercos. A España le costó entender que a una defensa y portería conformada por 4 elementos del tetracampeón italiano no se le penetra especulando en el área y careció del elemento sorpresa. Nunca se le pasó por la cabeza, al menos hasta el segundo tiempo, disparar a los palos de Buffón desde fuera del área. Tuvo que ingresar, ya en la segunda parte, una referencia de área más clara como Aduriz, que sin embargo, no concretó el anhelo de los campeones de Sudáfrica.
De Gea se deshacía en esfuerzos desmedidos por engañar con atajadas la terrible defensa y marcaje de un Piqué que no es como el vino añejo y de un Ramos al que se le quedó lo heroico en ataque y se le olvidó lo fundamental atrás. Y cuanto más se acercaba un empate “estrella” (que lo puedes ver pero aún divisas lejano), Grazziano ponía a la luz la desnudez de un cuadro que cuando atacaba encontraba siete camisas azules y que cuando era atacado no tenía ni el número de ojos que se necesita para presenciar la volea acuchillante de la derrota, de la clausura de la fábrica de oro, del 2-0 que instala a los dirigidos de un Conte enérgico en los Cuartos en los que los espera un Alemania al que esta vez no le fallará la memoria de lo ocurrido en 2012 en semifinales.
Italia no vive de recuerdos. Nadie que necesita sacudirse de rachas negativas y/o olvidarse de glorias pasadas para conseguir hazañas nuevas debería. Sino pregúntenselo a España.


domingo, 12 de junio de 2016

El coro de la viveza

Perú despertó esta mañana dominical e hizo lo que de cuando en cuando se le olvida hacer: mirarse en el espejo para salir pulcro a mostrarse ante los demás. Era aquel hombre con los ánimos tan ávidos de quien recién amanece, y con el ánimo de hacer historia como muchas veces la vida le presentó la oportunidad. Reposaba sobre él una joven barba que denota cierto grado de madurez como cierto desorden, a la vez, y que esperaba ‘rasurar’ haciéndole honor al recinto en el que se presentaba: el Gillete Stadium de Boston. Pero no era día de labor ejecutiva, al contrario, se disfrazó de un personaje entrañable que alguna vez caminó por suelo americano. Llevaba el mismo nombre que el apodo latino del estadio y su trabajo era nada más que robar: robarle al destino lo lógico del porvenir, robarle al Brasil de Dunga su reivindicación, y robarle a los suyos una sonrisa de alegría poco probable, pero últimamente, más común, de seguir en la Copa, como le viene sucediendo desde Bolivia 97’.

“Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar 
con el tumba'o que tienen los guapos al caminar, 
las manos siempre en los bolsillos de su gabán 
pa' que no sepan en cual de ellas lleva el puñal.”


Los primeros minutos fueron verdeamarelhos, Alves capitaneaba desde la derecha al Brasil más irregular de los últimos tiempos frente a un Rodríguez enorme en defensa. Sin embargo, la última línea era de cuatro jugadores y no de uno, y los errores en salida de Trauco y Ramos casi nos cuestan la vida ante Coutinho y Filipe Luis, después de que este último exigiera a un Gallese que estuvo atento y despierto en toda la noche bostoniana. 

En el sector medio, la blanquirroja mostraba recuperación, en respuesta, claro, a la cantidad de balones perdidos. Ante la ausencia de grandes referentes, jugadores como Cueva y Flores aceptaban con compromiso la necesidad de liderar y protagonizar la nueva ofensiva nacional y el mismo desarrollo de juego en sí.

"Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer 
va recorriendo la acera entera por quinta vez 
y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar 
que el día está flojo y no hay clientes pa' trabajar."


Aquella mujer era el cuadro de un Neymar ausente. El último recuerdo ‘negro’ de dicho contexto en el que el jugador del Barcelona no estuvo tiene bien presente a los alemanes. A pesar de ello, hoy se las ingenió para encontrar con Coutinho y Willian las variantes que encontró frente a Haití. El enemigo de dicha intención tiene como nombre Pedro Gallese, el mejor jugador de esta primera ronda sin lugar a duda, anuló la ambición de Barbosa y Elías que no profetizó lo que esta noche vendría.

"Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina, 
no se ve un alma, está desierta to'a la avenida, 
no se ve a nadie y esa mujer sale del zaguán 
y Pedro Navaja aprieta un puño dentro el gabán."


Y vaya que dicha avenida era solitaria. Nos sobran los días en los que tuvimos que usar doble camiseta. “Porque yo creo en ti, vamos, vamos Haití” era el primer cántico de una hinchada que se reunía para ver cómo los de la CONCACAF caían goleados a manos de un Ecuador capitalizador de oportunidades. En ese momento, hayas estudiado la carrera que sea, las Matemáticas se vuelven más fieles que nunca. La diferencia de goles reducía el resultado a sólo una opción válida: matar o morir. El puñal debía ser desenfundado.

"Mientras camina del viejo abrigo saca un revolver, esa mujer, 
y va a guardarlo en su cartera pa' que no estorbe, 
un 38 Smith and Wilson del especial 
que carga encima pa' que la libre de todo mal."


Un revólver del que se escuchó el sonido de la carga pero nunca la explosión de la pólvora. Brasil se deshacía en argumentos y Perú cambiaba las Flores por la esperanza. Edison era sustituído por el elemento que todos pedían en la Selección: Raúl Ruidíaz. El jugador de Universitario supo vestirse como el Terry que triunfó ante la ‘Canarinha’ sin dejar de lado la picardía de un chico que ha hecho de Ate su barrio y del área su casa.

"Y Pedro Navaja puñal en mano le fue pa' encima, 
el diente de oro iba alumbrando toda la avenida, 
mientras reía el puñal hundía sin compasión."


No hay mejor canción que la que uno escucha cuando vive lo que la melodía relata. Andy Polo por fin mostró la irreverencia que hace falta por su sector y sacó un centro que de seguro puso a bailar hasta a Rubén Blades, pues aunque Raúl, después de la acción polémica no sonrío (como niño que no admite la autoría de su travesura) el diente de oro, ese que evidencia la pérdida de otro natural pero lo reemplaza con granujada, brillaba en cada alma incaica.

Nunca se vio cosa tan parecida. Los seis minutos en los que Andrés Cunha tuvo en vilo a todo un continente fueron quizás los más largos de nuestra historia. Era necesario terminar el encuentro con un cardiólogo al lado.

La falta de concentración no fue esta vez nuestra sombra. Lo que tantas veces nos costó la ocasión de hacer historia hoy no tocó ni la puerta ni el ímpetu de un Corzo aguerrido y de un Perú que camina hacia Nueva York, la ciudad de Navaja, para seguir haciendo historia en nuestro torneo favorito, bailar esta vez no con la salsa panameña de Blades, sino con la colombiana. Va Perú, rasurado, ordenado y pulcro hacia su próxima aventura americana cantando tal vez, nuestro coro predilecto:

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios…



Una Obra Conocida

Alemania hoy versa con Shakespeare. “Ser o no ser” es la frase que pareció instalarse en el césped retráctil del Pierre-Mauroy de Lille. Una cuestión de reflejar el poderío del monarca mundial en todo esplendor y no una discreta versión como la que cayó en ‘semis’ de la edición pasada. Esta vez, en Francia, los teutones arrancan con dudas pero a la vez con tranquilidad, esperando que esto último no sea un maquillaje de lo que sería su imagen en toda la Eurocopa. Alemania ha pasado el primer escollo ante Ucrania, venciéndolo 2-0 en la cuarta ciudad más importante del país galo.
Hay decisiones que te marcan la vida. Eso lo entendió bien Mustafi. El central de origen albanés había rechazado a dicho país cuando lo convocó al mismo tiempo que Joachim Low en el 2014, un mes antes de la cita en Brasil. El amor por su madre y sí, por la ambición mundialista hicieron que este joven de 24 años, abiertamente declarado musulmán, tuvo hoy su fruto cuando a los 18’ Kroos centró desde la derecha y  el destino del balón encontró la cabeza del ‘2’. De ahí en adelante, no volvió a ser protagonista del duelo, pero fue de aquellos cuya performance le permitió entrar en la historia una sola vez y marcar destino, como el que él mismo se marcó hace casi dos años atrás.  
Tras la anotación, recién era notoria la lógica. Los ‘Panzers’ eliminaron la tensión de su sistema de juego, expresado en pelotazos y la no hilvanación de juego en los primeros minutos, y tuvo en Tony Kroos al caudillo creativo y conductor de juego que necesitaba. Al contraste, Gotze tuvo la intención pero no el camino para destacar y Müller fue un gato en el agua. El delantero del Bayern no encontró su lugar en el jardín de Pyatov, que salvó su portería delante de un Khedira que no logró concretar de zurda a los 28’.  
De ahí todo fue amarillo. Una Ucrania irrespetuosa sólo encontró resistencia en dos jugadores: Boateng y Neuer. El moreno defensor alemán sacó a relucir la tecnología del ‘ojo de halcón’ rechazando un disparo de Konoplyanka desde la línea. El jugador del Sevilla ya había avisado a los 4’ rematando violentamente un balón que se vio con la elasticidad de Neuer. Un gol anulado, llegadas incesantes, ‘caños’ y superioridad en el sector aéreo fueron parte de la carta ucraniana. Los últimos quince del primer tiempo convirtieron de lata a los bañados en oro en Brasil 2014. Que Martin Atkinson diera por finalizada la primera mitad fue el alivio teutón.
La imagen del inicio de la segunda etapa fue un Shevchenko enojado levantándose de su banquillo para reclamar a los suyos la falta de reverencia con que habían iniciado en los últimos 45’. No era para menos, Draxler exigía a Pyatov y el vértice del arco se remecía tras el disparo de Kroos en tan solo tres minutos. A ‘Kono’ no le gustó el ceño fruncido de su ídolo y por poco le cambia la cara tras un fuerte remate de tiro libre que Neuer desvió hacia el córner.
A los dirigidos por Fomenko no los desordenó la velocidad de transición de los alemanes, pero los de Low sí le dieron la vuelta a la moneda, encontró más espacios, generó más situaciones pero no fue la selección arrolladora que los de la tierra de la cerveza esperaban. Howedes fue prudente en banda derecha, Ozil  fue un actor de reparto y no principal y Draxler pagaba su irregularidad siendo sustituido por un Schurrle al que no le faltaron ocasiones para sentenciar.
Instalado en su cueva, Ucrania sólo esperaba una ocasión para sorprender a la ‘Mannschaft’. Sin embargo, el orden en el fútbol es bivalente, y tras un tiro de esquina que se avecinaba como el salvador del debut ucraniano, Alemania desnudó las intenciones de su rival con una contra que evidenció que los de amarillo no tenían en su refugio más que esperanza y no paciencia. Ozil condujo y cedió para un Schwensteiger que decidió ser protagonista y no ser actor secundario.

En una película que debía contener acción, los cuatro veces campeones mundiales ofrecieron una novela de drama. Se esperan secuelas más apasionantes, pero de todas formas sus ‘lectores’ saben que la productora germana sabe ofrecer ‘filmes’ en los que se inicia con discreción, y se acaba con celebración. He ahí la cuestión.


Alemania es el primer conjunto de esta Eurocopa que gana un encuentro por más de un gol de diferencia.
Fuente: Marca.