martes, 3 de mayo de 2016

Milán en sus 'manos'

Alguien profirió un grito ofensivo desde el banco del Bayern. Movido por su ya conocido temperamento, Diego Simeone encaró a medio plantel mientras la cámara enfocaba en un segundo plano a Josep Guardiola, en su intento por apaciguar a un ‘Cholo’ agresivo. No busquen más comparaciones, ésta fue la escena hecha a imagen y semejanza del partido. La tranquilidad contra el ímpetu, la paciencia versus la fiereza. Vaya a considerar cada uno la superioridad de una sobre la otra, lo cierto es que cuando a alguno de estos atributos se le pone el corazón de Griezman, la seguridad de Oblak y el empuje de Diego Pablo, se consiguen este tipo de resultados. Tras 90’ que estuvieron ‘a cien’, el Atlético de Madrid perdió el partido, pero ganó el boleto para Milán. 2-1 en el Allianz, el nuevo ‘point’ del gozo español (tres semifinales consecutivas y tres eliminaciones frente a los tres 'monstruos' ibéricos).

Los ‘Colchoneros’ van de maratón en maratón. No siempre el más rápido gana, sino el más resistente. Aquel adjetivo inherente a la historia de éste Atlético D.C (Después del ‘Cholo’) se materializó como sucedió en Catalunya una llave atrás. Pero el muro de esfuerzo plantado por los rojiblancos se convirtió en una frágil torre de Jenga, cuando Xabi Alonso encontró el ladrillo débil y de un zapatazo de falta directa derrumbó a un ‘Aleti’ desconocido.

Cualquier vestuario en donde los madrileños pisen tierra en el descanso de algún partido se convierte automáticamente en un salón de oratoria, en un laboratorio, en una charla motivacional. Por eso, saltar al campo para los 45’ finales era un “lávese la cara y muestre bien los dientes”. Carrasco por Fernández para tal labor: Simeone no quería papel calca sobre el terreno muniqués y que el escenario sea el mismo de la etapa inicial.

Pero vaya que consiguió papel milimétrico. No sé si Torres haya sido bueno en Matemáticas de niño, pero si gusta de estudiar Arquitectura nadie haría un escándalo. Compás y transportador para poner un pase exquisito a Antoine, que no dudó ante Neuer.
Mérito para un Bayern que no dejó de apuntar al objetivo. Quien sí apuntó con precisión fue Arturo Vidal, el alma de los alemanes en toda la competición. El chileno cedió de cabeza para un Lewandowski solo frente al arco de Oblak. No gastemos palabras en contar lo que todos sabemos que ocurrió, así no haya visto el partido.

A veces es limitada la emoción expresada en palabras. ¿Qué no le faltó a este partido? Si se es del elenco teutón y se tiene más de 75 años, a buscar enseguida para un marcapasos. Çakir olvidó la vista en Turquía y no vio que Fernando Torres caía fuera del área tras una entrada de Vidal y cobró pena máxima. Desde el manchón blanco Torres se disponía a no correr la misma suerte de Thomas Müller ante Jan en el primer periodo. 84’del partido y el alma volvió al Allianz Arena cuando Neuer recogió los pedazos de papel calca del campo y emuló la ‘gran Oblak’ para continuar con el suspenso.

Once minutos más se vivieron desde ese punto del juego (añadieron cinco extra). Nadie es dueño del tiempo, pero el portero del Atlético bien logró hacerse de todos los segundos de aquellos once minutos infartantes. Las ocasiones de los de Múnich sobre los de España eran aplastantes, pero que la efectividad de los de Guardiola solo haya llegado en dos oportunidades es obra y gracia de Jan Oblak. El partido acabó como el trámite del mismo: bajo el control de las manos del esloveno, que sólo soltó el esférico para llevar sus guantes al aire y festejar con medio Madrid la llegada a Milán.

Como hace dos años, conoceremos mañana si toda una capital logra hacerse del partido decisivo de la Champions, o si ‘ciudadanos’ rebeldes logran colorear de ‘celeste’ su sueño. Por ahora, el Atlético de Madrid busca las pinturas que le permitan culminar una obra de arte incompleta desde el 2014, y que se olvidó traer de Lisboa.


El Atlético disputará la final el sábado 28 de Mayo frente al ganador del Real Madrid-Manchester City.

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