Los dos goles marcados por Sigurdsson y Bjarnasson en el estadio Saint Denis fueron solamente un pequeño agujero luminoso dentro de una cueva de la cual ell país más simpático y enternecedor no supo salir ante la Selección local. Francia no quería más fiestas sorpresas en su propio cumpleaños y puso sobre el papel la lógica del más fuerte sobre el más ilusionado.
Tan solo a los 12’, Giroud le propinaba el primer puñetazo a un conjunto que supo ser boxeador en tanto duró el torneo. Rooney también había adelantado a los ingleses en octavos y aún así los ‘Vikingos’ supieron darle vuelta al resultado.
Sin embargo, la fatalidad no sería una visita temporal para la sorpresa del campeonato. Las torres cayeron cuando Pogba se estrenó de gol tras un cabezazo al cual no llegó nadie a marcarlo ni contenerlo. Sólo había un ‘Gallo’ en el ‘corral’.
El desconcierto continuó hundiendo a los islandeses, así como el disparo de Payet se hundía en las redes de Haldorsson para decretar el 3-0.
El mismo Payet encontró la mezcla entre suerte y talento cuando habilitío de taco a un Griezzman que se fue sólo frente al arco y la ‘picó’ para no parar con la fiesta. Un tiempo le bastó a los de Deschamps para hacer que el mundo emocional del deporte los odie. Pero no hay que quitarle mérito a una Francia que golepó cuando tenía que, y no se dejó llevar por la sorpresividad de Islandia.
Fuera de la goleada, todos quisiéramos, o deberíamos tener un poquito de Islandia en nuestra vida. Valentía y amor propio hicieron que jugaran en marcador ‘cero’ para no dejar de mostrar cara a la adversidad aunque esta te la rompa. Es sumamente difícil jalar el gatillo en lo nubloso de la masacre, pero ellos lo hicieron. Y Sigurdsson, uno de los héroes de la hazaña continental, marcaba para su país, para el mundo, para todos.
Saint Denis fue más azul que nunca. Galos y balcánicos aplaudían el coraje mostrado tal como lo hicieron cuando el mejor jugador islandés del campeonato, Bjarnasson anotaba de cabeza el segundo descuento, no sin que Giroud firme anteriormente su doblete en el partido, tras centro de Payet y anticipoa la defensa del rival.
Nada evitó la emotiva coreografía de los hinchas islandeses con sus jugadores. El “Ahú” se escuhó fuerte pero melancólico. Islandia se despide de su mejor aventura tras haber dejado fuera a titanes como Holanda, Inglaterra y escalado más alto que Portugal en fase de grupos. Por su parte, el anfitrión aguarda el jueves al Campeón del Mundo en Brasil: Alemania.
Se acabó el romanticismo, es hora de los grandes.
La selección de Islandia será condecorada por el Gobierno de su país al arribar desde Francia.
Fuente: tododeporte
